Análisis de las generalidades psicológicas de los inmigrantes europeos y sus anfitriones venezolanos (1945-1965) / Por Rafael Alexander Medina Silva

                Principalmente se debe mencionar la naturaleza del contingente inmigrante que realiza este proceso, pueden nombrarse dos tipos de inmigrantes, con diferentes predisposiciones psíquicas las cuales pueden regir el desempeño de estos en el lugar de arribo, en este caso en tierra venezolana; primero está el inmigrante como individuo que llega incidentalmente y por causas particulares pero, con la intención de establecerse en la tierra de adopción, éste es orientado por su criterio e influencia propia, está más dispuesto a asimilar la nueva cultura con la que se está topando, tal vez por sentirse obligado a absorberla y asimilarla para lograr su convivencia en el “nuevo espacio”. Está también el inmigrante que forma parte de una masa, de una colectividad con orientación, análisis de la situación e influencia colectiva, este individuo de masa migratoria se resiste a la asimilación en el nuevo contexto y depende netamente de las decisiones y del pensamiento de la colectividad.
                Sea cual sea el tipo de inmigrante, todos estos se están enfrentado a una realidad desconocida, lo cual puede generarles un estado de ánimo generalmente confuso a causa de las opiniones contradictorias de ideología y desempeño social tanto de los inmigrantes como de los nacionales dentro del territorio a ocupar por los primeros. En el caso de Venezuela, específicamente a partir de 1935, los inmigrantes europeos comenzaron a esparcirse a lo largo del territorio nacional, principalmente en Caracas y los centros urbanos del interior del país.
                En esta época, quienes escogieron a Venezuela como patria de adopción tenían una preparación superior a la de sus predecesores, llegaban listos para estabilizarse y progresar en este país, venían en busca de trabajos que les proporcionaran un desarrollo próspero, que lograron mayormente por iniciativa individual, esto llevo a cada grupo a desempeñarse en distintas áreas de la evolución económica de Venezuela, y no sólo en la agricultura como se estimó en un principio cuando se impulsó el proceso inmigratorio para solucionar distintas inquietudes del Gobierno venezolano. Esto habla muy bien de la libertad absoluta que se tenía en el país de acogida para escoger cualquier oficio laboral deseado, así, los inmigrantes, dependiendo sus capacidades y conocimientos se desempeñaron en diversas actividades:
                Algunos italianos se dedicaron a la agricultura, mientras que los otros se desempeñaron en el área de la mecánica, micro-mecánica, trabajos de artesanía y construcción. Los portugueses encontraron prosperidad en el comercio de víveres al detal mayormente; Los españoles en cambio, no se limitaron a un área específica, si no que se distribuyeron en diversas profesiones, desde la artesanía y el comercio, hasta una amplia gama de mecánicos, sastres, cafeteros, plomeros y albañiles entre otros.
                Los isleños, por tradición, siguieron ejerciendo la actividad agrícola, que era su gran especialidad y dejaron en manos de algunos austríacos, alemanes y húngaros la confección y comercio de ropa, joyería y relojería entre otros artículos.
                La industria petrolera, la química, las manifestaciones artísticas y el comercio en general fue desempeñado en gran medida por rumanos; mientas los griegos se orientaron hacia la industria domestica y el comercio de mayor y detal.
                Todo este proceso se desenvolvió sin orientación alguna, y bajo un proceso de evolución de la nación venezolana que hacía de imperiosa necesidad un incrento fuerte de inmigrates que quisieran cubrir el déficit de agricultores y criadores e que la era petrolera estaba sumiendo al país; se intentó tomar medidas al respecto como la Ley reinmigración y colonización del 22 de julio de1936, o el gasto de grandes sumas en solicitar grupos de inmigrantes para especializase en la explotación de más tierras del cual no podían obtener mucho provecho a corto plazo.

            Todos los esfuerzos iniciales fueron infructuosos, a diferencia de otras colonias agrícolas asentadas antes de 1936, como por ejemplo la Colonia Tovar, donde luego de superar diversos obstáculos logró establecerse una existencia próspera hasta la actualidad.

            Aunque la ley establecía la buena conducta, la moral y otras condiciones que debía cumplir el inmigrante, en realidad no se preparó al extranjero para el primer contacto con el nuevo destino, sólo los españoles parecen haber sido un poco orientados para cumplir las normas básicas que cualquier movimiento migratorio masivo requiere. Siendo así, se debe valorar el esfuerzo individual de cada inmigrante, sobre todo el italiano, que logró asimilar la nueva realidad a la cual debía adaptarse para echar nuevas raíces en el país de arribo.

            Sin embargo, no todo el proceso fue de adaptación y asimilación, también se vivió un choque psicológico debido a las necesidades económicas y sociales que sufrían tanto extranjeros como nacionales y que produjo una especie de antagonismo o xenofobia entre ambos.
            Se acusaron unos a otros de ejercer competencias desleales, hubo gran desconcierto social, pero a pesar de ello se logró la prosperidad y el desarrollo económico que el Gobierno Nacional venezolano pretendía obtener de este proceso.
            
          Muchos pueden haber sido los factores que determinaron los aspectos sociológicos que se observaron en la relación incompatible entre nacionales e inmigrantes, algunos mencionan la falta de educación que tenía el pueblo venezolano en materia de inmigración, otros atribuyen el choque a el supuesto complejo de superioridad que parecen demostrar las masas extranjeras, a pesar de estos testimonios, el fenómeno no tiene estas características como único factor generador de problemas, se debe considerar que cada uno de estos personajes está indisolublemente unido a características propias de su respectivo origen, de sus costumbres, idiosincrasia, y de otros factores.
            Esta incompatibilidad irracional y hasta cierto punto absurda se convertirá con el paso del tiempo en una compatibilidad lógica y natural que se evidencia en las relaciones del venezolano actual con respecto al extranjero en general.

Bibliografía Consultada:

MILLE, Nicola: 20 años de “MUSIUES”. Aspectos históricos, sociológicos y jurídicos de la inmigración europea de Venezuela. 1945 – 1965. Caracas. Editorial Sucre, C.A. 1965

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